lunes, 2 de octubre de 2017

LA POLÍTICA NO TIENE LA CULPA.

"La política se ocupa de la actividad, en virtud de la cual una sociedad libre, compuesta por personas libres, resuelve los problemas que le plantea su convivencia colectiva". Pues bien, en este país que tantas heridas tiene abierta en su convivencia colectiva, la posibilidad de resolver sus problemas terminó ayer saltando por los aires. No voy a entrar a valorar el como hemos llegado hasta aquí, y mucho menos voy a justificar el uso de la violencia para la resolución de estos conflictos convivenciales. Podríamos dejar constancia de las múltiples definiciones, algunas más positivas que otras, de lo que realmente es la política, pero hoy nos viene como anillo al dedo la que hemos reflejado al principio y lo expuesto en el tercer párrafo

España tiene un grave problema de convivencia no resuelto después de generaciones. No es un problema de ayer o de antesdeayer, y no es que la política haya sido incapaz de solucionarlo, la política no tiene la culpa. Entonces, ¿quién tiene la culpa?

"Hoy en día el término “político” se encuentra bastante desvirtuado, haciendo creer a la gente que la “política” es una profesión o carrera. Sin embargo, yendo a las raíces de la palabra se ve que esto no es así y que muchos, de los que se denominan hoy en día “políticos” sólo son “idiotes”, ya que no responden a lo que le concierne al Estado o ciudad, sino a sus intereses propios".

Así pues, es muy evidente que los actores/políticos de este país, profesionales de la política (muchos de ellos no han ejercido ninguna otra profesión antes de dedicarse a este "arte"), han desvirtuado/prostituido el sagrado significado de política. Arrogantes unos y chulescos otros, son capaces de romper las normas mínimas de convivencia. Escondidos detrás de espurios motivos, especialmente dinero y poder, secuestran a la ciudadanía, a la que exprimen sin compasión, y enfrentan sin el menor de los escrúpulos.

Políticos/actores de pacotilla incapaces de tender puentes entre los pueblos, piromanos, ineptos, malos gestores de lo público, revientan con violencia no sólo la convivencia sino la esencia misma de la Democracia. Deslegitimados unos y otros, solo queda que la ciudadanía sea capaz de ejecutar la presión necesaria para que estos patéticos actores salgan de la escena diaria de este maltratado Estado.

KepaKé.

No hay comentarios: